Las izink la verdad es que son una maravilla. Tienen unos colores extra fuertes, muy vivos, con mucho pigmento, y cubren que da gusto. Además, son unas tintas que puedes utilizar para pintar otros materiales, como metal, plástico, cartón, cerámica... ¡Se les puede sacar mucho partido! Una de las ventajas que tienen sobre la pintura acrílica es que, si das una única capa, se puede ver el diseño que queda debajo de la tinta. Esta característica nos viene de perlas para el paso a paso que os voy a contar hoy.
Como os decía, yo las uso mucho para crear fondos y también para pintar elementos de decoración que no puedo pintar con otras tintas. En esta ocasión os enseño un paso a paso para pintar una chapita y cambiarla de color. He utilizado las izink en lugar de pintura acrílica precisamente por lo que os comentaba antes, no quiero tapar el dibujo que viene con la chapa.
PASO 1. Elegimos nuestra chapa. Cuanto más claro sea el fondo, más se notará el color de la izink que pongamos encima. Lo mismo con el color de la tinta: Cuanto más clarito sea el color que apliquemos, más se verá el fondo.
PASO 2. Con el aplicador de la izink, echamos una gota en un extremo de la chapa.
PASO 3. Con la ayuda de un pincel, vamos pintando poco a poco la chapa. Al principio notaréis que la tinta no se adhiere completamente a la superficie pero, según se va secando, vamos consiguiendo pintar todo de manera uniforme.
PASO 4. ¡Chapita pintada! Viva! Yo en mi caso he dado solo una capa, pero podéis dar otra más si queréis que el color sea mas intenso. Cuántas más capas deis, menos se verá el diseño de la chapa original, tenerlo en cuenta!!!
Re-fá-cil :)
¡Espero que os haya gustado! Y ya sabéis, ¡a colorear chapitas aburridas y poner colorinchis a la vida!
¡Mil besos!! ¡Muas!